Por Ricardo Gómez
Hace algún tiempo, tuve la oportunidad de explorar un rincón de Argentina que muchos desconocen, el Parque Nacional Lihué Calel en la provincia de La Pampa (Argentina). Esta experiencia, sumergida en la inmensidad del desierto pampeano, me dejó maravillado y con un profundo respeto por la biodiversidad que alberga este lugar.
El Parque Nacional Lihué Calel se encuentra en el suroeste de General Acha, a unos 120 kilómetros de distancia. Con una extensión de 32.514 hectáreas, este parque se enclava en la ecorregión Monte de Llanuras y Mesetas, con toques del característico Espinal argentino. Aunque parezca increíble, este paraje contrasta notablemente con su entorno, ofreciendo una riqueza de recursos que históricamente ha atraído a diversas comunidades indígenas.
Las antiguas sierras de Lihué Calel, de origen volcánico, se elevan majestuosamente en medio de la estepa pampeana, con el Cerro de la Sociedad Científica como su punto más alto, alcanzando modestos 590 metros sobre el nivel del mar. Este entorno único en la región central-sur de La Pampa, caracterizado por un clima templado y seco, con una amplitud térmica anual significativa, ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos y alberga una biodiversidad excepcional.
En mi visita al Parque Nacional Lihué Calel, quedé impresionado por la abundancia de flora y fauna que encontré. El microclima generado por las sierras propicia el desarrollo de una gran variedad de especies vegetales, muchas de las cuales son endémicas de la región. La Margarita Pampeana, la Adesmia lihuelensis y la melosa son solo algunos ejemplos de la flora local que encontré durante mi exploración. Además, la presencia de arroyos y la sombra proporcionada por árboles como el caldén, el sombra de toro y el alpataco añaden un toque de frescura y vida en medio de la aridez del paisaje.
En cuanto a la fauna, el Parque Nacional Lihué Calel alberga una amplia variedad de especies, desde los majestuosos guanacos hasta los esquivos pumas. Durante mi recorrido, también tuve la suerte de avistar zorros grises, maras, ñandúes y una variedad de aves como el águila coronada y el halcón peregrino. Sin embargo, también pude constatar la presencia de especies invasoras como el jabalí europeo y el ciervo colorado, que han encontrado en este ecosistema un hábitat propicio para su proliferación.
Una de las experiencias más enriquecedoras durante mi visita fue explorar los sitios históricos y culturales que se encuentran en el Parque Nacional Lihué Calel. Desde el Valle de Namuncurá hasta el Cerro de la Sociedad Científica, cada rincón tiene una historia fascinante que contar. La presencia de pinturas rupestres y otros vestigios arqueológicos nos recuerdan que estas tierras fueron sagradas para las comunidades indígenas que las habitaron en tiempos ancestrales. Además, el antiguo Casco de la Estancia Santa María nos transporta a una época pasada, cuando estas tierras eran el escenario de la vida rural pampeana.
Para los amantes de la naturaleza y la aventura, el Parque Nacional Lihué Calel ofrece una amplia gama de actividades para disfrutar. Desde senderismo y observación de aves hasta paseos en bicicleta y acampadas, hay algo para todos los gustos y niveles de habilidad. Personalmente, disfruté recorriendo el Valle de las Pinturas y el Circuito el Chenque, donde pude sumergirme aún más en la belleza natural y la historia de este lugar único.
En cuanto a los servicios, el Parque Nacional Lihué Calel cuenta con un camping gratuito que puede albergar hasta 120 personas, así como instalaciones sanitarias, duchas, piletas de lavado y áreas de picnic. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay cobertura de telefonía en el área de servicios ni en los circuitos, por lo que es recomendable planificar con anticipación y llevar agua potable.
En resumen, mi visita al Parque Nacional Lihué Calel fue una experiencia inolvidable que me permitió conectar con la naturaleza y la historia de una región única en Argentina. Desde su impresionante biodiversidad hasta su rico patrimonio cultural, este lugar tiene mucho que ofrecer a los viajeros aventureros que buscan explorar los rincones menos conocidos del país. Sin duda, es un destino que recomendaría a cualquiera que esté interesado en descubrir la belleza y la diversidad de La Pampa.
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