Descubriendo la Fascinante Historia de Pueblo Escondido
- ABRIENDO RUTAS
- 6 feb 2024
- 3 Min. de lectura
Por Ricardo Gómez
En una mañana soleada en San Javier, Traslasierra, nos preparamos para emprender una emocionante jornada de trekking hacia Pueblo Escondido, ubicado al pie del Cerro Aspero en las Sierras de Comechingones, en Córdoba. Como guía, me sentí ansioso por compartir esta experiencia única con un grupo de entusiastas excursionistas.

Nuestro punto de partida, San Javier, nos brindó la energía necesaria para comenzar nuestro itinerario. Partimos rumbo a Merlo (san Luis) y desde allí subimos al filo de las Sierras de Comechingones por la Cuesta del Tren. A medida que ascendíamos por los senderos, el paisaje se revelaba ante nosotros, ofreciendo vistas panorámicas de las sierras que nos rodeaban. La conexión con la naturaleza era palpable, y cada paso nos acercaba más a la majestuosidad de Pueblo Escondido.
Durante nuestro recorrido, hicimos una parada en la imponente cascada Salto del Tigre, una maravilla natural escondida en el corazón de las sierras. Esta cascada, ubicada en lo más alto de las Sierras de los Comechingones, cautivó a todos los excursionistas con su belleza y poder. No es sorprendente que sea uno de los destinos preferidos para los amantes del trekking.

Pero Pueblo Escondido no solo ofrece belleza natural; también guarda en sus raíces una historia fascinante ligada a la actividad minera. Las instalaciones de extracción y procesamiento de tungsteno, que en su época de esplendor albergaban a decenas de trabajadores, se encontraban estratégicamente ubicadas en la confluencia de tres arroyos serranos. Estos arroyos eran vitales para el lavado de los minerales extraídos, y la ausencia de productos químicos en el proceso resalta la importancia de un manejo respetuoso con el medio ambiente.

El Pueblo Escondido de antaño estaba lleno de vida y actividad minera. Desde instalaciones de molienda hasta concentración y separación de minerales mediante medios mecánicos, contaba con una usina propia, hospital, viviendas para mineros y jefes, teléfono e incluso un cablecarril de 300 metros para transportar el mineral hasta la planta. Pero a pesar de todas estas comodidades, curiosamente, no contaba con un geólogo.
El tungsteno, raro en la corteza terrestre, se encontró en forma de wolframita en la mina del Cerro Aspero. Este mineral, de color negro con un brillo metálico, era esencial para la industria, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Desde su descubrimiento en 1894 por Guillermo Bodenbender hasta su cierre en 1969, impulsado por la disminución de la calidad del mineral y la competencia internacional.
La entrada en el mercado mundial del tungsteno chino en la década de 1980 marcó el final de la era dorada de Pueblo Escondido como exportador de este mineral estratégico. Hoy en día, el 85 por ciento del tungsteno utilizado a nivel mundial proviene de China, mientras que Argentina ha dejado de ser un jugador relevante en este mercado.

La caminata por Pueblo Escondido nos permitió explorar las antiguas galerías mineras, registrando una época en la que la extracción de tungsteno era la fuerza impulsora de esta comunidad. Las galerías, con sus bocas abiertas, son testigos silenciosos de un pasado vibrante que contrasta con la tranquilidad actual de la región.
El cambio en el ritmo de Pueblo Escondido, hoy abandonado, alejado del bullicio de los mineros, refleja la transformación de un oasis tecnológico que floreció durante tiempos de guerra hacia un refugio de paz en medio de las sierras. Los tambores de la guerra fueron reemplazados por el suave murmullo de los arroyos y el susurro del viento entre los árboles.

En conclusión, la experiencia de trekking desde San Javier hasta Pueblo Escondido es más que una simple caminata por la naturaleza. Es un viaje en el tiempo que nos sumerge en la historia de una comunidad marcada por la actividad minera y nos permite apreciar la belleza y la serenidad que han surgido de ese pasado tumultuoso.
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