La aventura comienza en La Calera, un encantador pueblo que combina tradición y modernidad, ideal para pasear por sus calles y disfrutar de su ambiente acogedor. Desde allí, nos dirigimos a Dumesnil, un pequeño paraíso rodeado de naturaleza, perfecto para respirar aire puro. Luego, visitamos el Dique Mal Paso, una joya paisajística que ofrece vistas impresionantes y un ambiente tranquilo para relajarse. La cantera cercana revela la historia minera de la región, mientras que Saldán y Villa Allende nos muestran su carácter residencial y su patrimonio cultural. Mendiolaza, con su aire de pueblo serrano, invita a recorrer sus senderos y disfrutar de su gastronomía local. Unquillo, con su encanto rural, ofrece un contacto auténtico con la vida en las sierras. Capilla Buffo, un rincón lleno de historia y espiritualidad, nos prepara para llegar a Candonga, un lugar emblemático donde la naturaleza y la cultura se funden en perfecta armonía. Cada uno de estos destinos revela su propia historia y belleza, formando un circuito que invita a explorar, aprender y enamorarse de las Sierras Chicas.