Villa Cura Brochero, orgullo de la obra cristiana del Cura Gaucho. A orillas del río Panaholma, Villa Cura Brochero se reconoce entre sus paisajes serranos el Santo José Gabriel  Brochero, quien vivió en este lugar y llevó su misión evangelizadora a todo el Valle de Traslasierra.

 

La plaza Centenario luce un monumento de bronce en su honor, que es todo un ícono local; en frente, la iglesia Nuestra Señora del Tránsito y el museo Brocheriano, resguardan los restos del cura y, este último, permite la visita a la capilla de la Casa de Ejercicios Espirituales y al Oratorio. Se suma la casa que habitó, que posee objetos de su pertenencia; la antigua Posta de Los Algarrobos, La Rinconada y el Cristo Blanco. Los Acueductos Los Chiflones es otra gran obra del Cura Brochero.

Significó la posibilidad de llevar agua a los habitantes de la zona entonces conocida como Villa del Tránsito. Para esta gran empresa fue necesario construir un canal  a través del cual se irrigaba el agua del río. Actualmente sólo quedan los restos de aquel acueducto montado en 1882.

Los peculiares activos de su paisaje se agregan a las huellas históricas y culturales relevantes de Cura Brochero, donde aún subsisten varias características de sus pobladores primitivos, los comechingones indígenas. De su rico patrimonio artesanal, sus habitantes han conservado las formas y los montantes de su cerámica negra, un ingrediente cultural que ha pasado de padres a hijos.

Revalorizando la tradición que nos legó el Cura Brochero, en el mes de marzo, jinetes de todo el mundo deciden transitar los antiguos caminos que este ejemplar Cura (ahora beato) que tuvo que recorrer en vida para traer la civilización a este valle de Traslasierra.

Si bien la cabalgata es referida al culto Católico Apostólico Romano, está abierta a toda persona que desee realizar la travesíata, tanto a caballo como a pie, siendo una buena oportunidad para reflexionar no solo sobre la persona de Brochero, sinó sobre uno mismo, o estar en contacto directo con la naturaleza.